El padre de Verónica fue al que más le llamó la atención el detective. ¿Cómo era posible que no se encontrara triste por la pérdida de su única hija?, ¿qué el rastro de sangre no le causara pánico o un sentimiento de enojo?. Incluso parecía que no quisiera saber en dónde estaba el cuerpo de su hija, pues constantemente decía en voz baja que no era necesario todo aquel alboroto.
El detective notó que el papá de Verónica había estado hablando con Apa y por el tono y sus gestos parecía molesto por que Apa hubiese llamado al detective sin consultarle primero. Pero Apa le respondía con calma que había sido de buena voluntad y terminó la conversación con algo que despertó aún más el interés del detective pues dijo “Sabemos que yo soy más padre para ella que tú y no creas que no sé lo que ha estado pasando bajo sus narices, ella me lo contó todo y no pienso dejar que su muerte la escondan bajo tierra como han hecho con todo desde que llegó a esta casa”.
Tras ver semejante escena y recolectar datos por más de una semana el detective comienza a unir las piezas, pero antes recibe una llamada, dice que abra el sobre en donde se encuentra una carta de la mamá de Verónica que decidió quitarse la vida.
Se recupera del shock para iniciar su investigación.
¿Leer carta o seguir con la investigación?